Concebir implica un camino lleno de pasos y decisiones a tomar. La edad puede ser causa de algunos obstáculos del proceso de fertilidad. A pesar de que algunas mujeres logran concebir a los 40 años sin intervención médica, la realidad es que muchas otras no pueden hacerlo incluso con asistencia, por eso es que como primer medida nuestra recomendación es evaluar tu fertilidad con un especialista en reproducción. Lo que aprendas de tu propia fertilidad influirá en las decisiones que tomes a lo largo de este proceso.
El envejecimiento afecta la fertilidad
La disminución de la fertilidad es un proceso natural que se inicia por lo menos una década antes de que la menopausia comienza. El pico de la fertilidad en la mujer se alcanza a los 20 años y después disminuye lentamente.
Las mujeres nacen con un número determinado y finito de folículos (u óvulos), los cuales van envejeciendo junto con el envejecimiento del cuerpo.
Así como nuestra probabilidad de desarrollar problemas de salud se aumenta a medida de que pasa el tiempo, la de los óvulos también incrementa. Los óvulos más jóvenes y sanos se liberan entre los 20 y 35 años, a partir de ahí la cantidad, calidad y salud de los mismos baja (se conoce como la “reserva ovárica”). El declive de la reserva ovárica influye significativamente en la posibilidad de lograr una fecundación exitosa.
Cambios pre-ovulatorios
Durante los días previos a la ovulación un folículo envejecido no produce tanto estrógeno como un folículo joven y, por lo tanto, menos moco cervical.
La oleada de hormona luteinizante (LH) que suele ocurre entre 12 y 48 horas previas a la ovulación, entre los 35 y 40 años, suele ser menor que cuando éramos más jóvenes y a veces es demasiado baja para que el óvulo la detecte.
Cambios post-ovulatorios.
Es posible que el cuerpo lúteo de un óvulo de menor calidad no produzca suficiente progesterona para que sea viable la implantación. Incluso, los óvulos de mayor edad pueden dividirse de forma anormal cuando están en fase embrionaria y a pesar de que la fertilización haya sido exitosa, la probabilidad de aborto espontáneo aumenta con la edad
Hay diferentes proyectos de fertilidad, y conocerlos te permitirán planificar mejor tu decisión de ser mamá.
Es importante que tu plan de inseminación sea el que te haga sentir más cómoda. Tu plan debe estar hecho a medida y contemplar todas tus necesidades, tanto biológicas, físicas y psicológicas. Por ejemplo, muchas mujeres prefieren prescindir de los medicamentos utilizados para fertilidad y optan por empezar a intentar concebir con ciclos naturales.
Otras prefieren empezar directamente con estimulación hormonal. Cualquiera sea el caso, es muy útil tener un plan de acción estructurado antes de empezar con inseminaciones.
Primeros pasos:
Análisis de sangre para evaluar fertilidad:
- El análisis más común se conoce como “la prueba de los 3 días” en el que se evalúa en sangre los niveles de FSH (la hormona que estimula el folículo) y Estradiol (el tipo de estrógeno producido por los ovarios) en el tercer día de su ciclo. Si estos niveles son demasiado altos, indica que el sistema endocrino está trabajando con mucho esfuerzo para estimular el desarrollo de los folículos, lo cual implica que hay una reserva ovárica disminuida. Esto no significa que no podrás concebir sino que el uso de medicamentos para la fertilidad probablemente aumente tus posibilidades de concepción.
- El análisis de nivel de progesterona también es una prueba útil que se realiza una semana después de la ovulación e indica si has ovulado eficazmente.
Algunos tratamientos posibles:
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Clomifeno y Letrozol
El Citrato de Clomifeno sirve para mujeres que no están ovulando o que ovulan folículos inmaduros, o para provocar la ovulación múltiple y producir más de un folículo dominante. De este modo, se mejoran las posibilidades de concebir.
El Letrozol también se utiliza para mejorar la ovulación. Suele utilizarse alternativamente o cuando la mujer no responde al Citrato de Clomifeno.
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Progesterona
La progesterona se utiliza en mujeres cuya fase lútea es demasiado corta para mantener el tejido uterino lo suficientemente apto para que haya implantación. La progesterona se ad-ministra oralmente o en forma de supositorio intravaginal. Se considera más eficaz mejorar la progesterona de la fase lútea mejorando antes la ovulación con Clomifeno.
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Gonadotrofinas
Las gonadotrofinas son versiones derivadas de FSH y LH. Pueden ser naturales o sintéticas.
Se inyectan para promover la ovulación en dos casos:
1) En mujeres que no tuvieron éxito con clomifeno
2) En mujeres que se están preparando para un ciclo de Fertilización In Vitro (FIV). Será necesario controlar en detalle el ciclo de la mujer con ecografías para evitar que se produzca “síndrome de hiper estimulación ovárica”.
El uso de este medicamento tiene un 20% a 30% de probabilidad de concebir varios embriones.
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Inseminación vaginal e Inseminación Intrauterina
Se sugiere preferentemente la inseminación intrauterina (IIU) en vez de la vaginal (IV) salvo que haya una buena calidad de moco cervical puntualmente programada con el pico de LH y otros indicadores de fertilidad.
La tasa de éxito por ciclo de una inseminación intrauterina es mayor y se ha demostrado en estudios de inseminación con semen previamente congelado que IIU es dos veces más eficaz que la inseminación vaginal.
Esto es importante a tomar en cuenta en caso de utilizar muestras de un banco de semen.
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Fertilización In Vitro (FIV)
La fecundación in vitro es un procedimiento quirúrgico en el que un óvulo se extraen de la mujer, se fertilizan con un espermatozoide en una incubadora y el embrión generado se colocan en el útero de la mujer (puede extraerse y fertilizarse más de un óvulo y colocar más de un embrión). Las gonadotrofinas, que antes mencionamos, se utilizan generalmente para estimular los ovarios antes de la extracción de óvulos.
La FIV puede ser muy exitosa para cuando hay obstrucción en las trompas de Falopio, y otros problemas de fertilidad, especialmente en mujeres menores de 38 años.
Sin embargo, es importante recordar que la FIV no mejora la calidad de los óvulos, además la tasa de éxito (definida como la tasa de nacidos vivos) es del 6% – 10% para las mujeres alrededor de 40 años que utilizan sus propios óvulos.
En cambio, si la FIV se hace utilizando los óvulos de una donante más joven, la tasa de éxito incrementa a 40% en mujeres de 40 años.
Crea tu propio cronograma
No existen reglas estrictas para lograr un embarazo, pero a continuación te presentamos algunas pautas a seguir para maximizar tus posibilidades de concebir.
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Si tenés entre 35 y 40 años, y no has logrado concebir después de 3 a 6 intentos de relaciones con tu pareja o inseminación, es recomendable consultar a un especialista en reproducción.
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Si tenés entre 40 y 42 años, se aconseja que consulte con un especialista en reproducción después de 2 o 3 intentos fallidos.
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Si tenés entre 43 y 44 años, se recomienda que busque asesoramiento de un especialista en reproducción antes de comenzar el proceso de inseminación. Las estadísticas sugieren que a la edad de 43 años, las mujeres tienen menos de 10% probabilidad de concebir con sus propios óvulos, ya que el 90% son cromosómicamente anormales. Aunque no es imposible concebir a esta edad, una evaluación médica te evitará perder tiempo fértil.
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Si tenés 44 años, es importante considerar la donación de óvulos, ya que las probabilidades de concepción con tus propios óvulos son muy bajas. El declive de la fertilidad en la mujer se debe particularmente al envejecimiento de lo óvulos, no del útero.